Ministerios J.E.S.S.
Este es un Blog Cristiano donde se predica a Jesús como Señor y Salvador
martes, 23 de diciembre de 2014
jueves, 4 de septiembre de 2014
martes, 11 de marzo de 2014
martes, 4 de marzo de 2014
martes, 12 de noviembre de 2013
viernes, 18 de octubre de 2013
lunes, 23 de septiembre de 2013
jueves, 29 de agosto de 2013
Todo Tiene un precio
Tiene un precio
Lee Lucas 14.24-30
La realidad es que el hombre cree ser el amo de su propia alma, el capitán de su propia fe, el monarca de su propio mundo y el rey de su vida. Dile a alguien que tiene que morir a sí mismo, negarse a sí mismo, y es muy difícil que lo acepte. Si predicas un evangelio que no incluya esta verdad las personas lo aceptarán sin dificultad y por millares. Pero comienza a predicar el verdadero evangelio que llama a la negación propia, total y absoluta, al reconocimiento de que el hombre sin Cristo no tiene nada por lo cual es digno, nada por lo que pueda ser alabado y nada que pueda hacer por sí mismo para ser salvo y verás que pocos se interesan. Por doquier vemos que hoy, más y más, se predica y se enseña un evangelio motivacional, centrado en el hombre y sus posibilidades, y no en Cristo y su suficiencia. Estar dispuesto a matar todo lo que eres —tus esperanzas, tus sueños y tus ambiciones— por causa de la perla de gran precio, por causa de Cristo, no es fácil. Es difícil encontrar que se predique esta verdad y es aún más difícil, una vez que la has escuchado, someterte a ella porque el hombre se adora a sí mismo. Él es su propio Dios. Necesitamos decirles a las personas que no vengan a Cristo para sentirse bien acerca de ellos mismo, para sentirse realizadas. Jesús no es mi sirviente. El Señor quiere que esté dispuesto a decir: «Yo abandonaré todo lo que creo que necesito por la causa de Cristo». Si vienes a Cristo tienes que tomar en cuenta el costo. Tienes que hacerlo así antes de pretender venir a Cristo. ¿Entiendes que hay un precio que pagar? Sabes que el precio es aborrecer a tu padre y a tu madre si es necesario, aborrecer tu propia vida y cargar tu cruz cada día. Ese es el precio. No hay nada en el mundo que valores lo bastante como para perder a Cristo. Jesús afirma en Lucas 14.33: «Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo». Tienes que estar dispuesto a abandonarlo todo. No vas a ser salvo por deshacerte de tus lastres terrenales, pero tienes que estar dispuesto a dejarlo todo. Esa es la medida de tu devoción a la causa de Cristo. Tendrás que negarte a ti mismo todos tus deseos mundanos, tendrás que negarte a tu derecho a la vida y entregarás tu vida si es necesario por la causa de Jesucristo. También te someterás a su voluntad, siguiéndole dondequiera te pida el Señor. Fuente: Evangelio Viviente
Lee Lucas 14.24-30
La realidad es que el hombre cree ser el amo de su propia alma, el capitán de su propia fe, el monarca de su propio mundo y el rey de su vida. Dile a alguien que tiene que morir a sí mismo, negarse a sí mismo, y es muy difícil que lo acepte. Si predicas un evangelio que no incluya esta verdad las personas lo aceptarán sin dificultad y por millares. Pero comienza a predicar el verdadero evangelio que llama a la negación propia, total y absoluta, al reconocimiento de que el hombre sin Cristo no tiene nada por lo cual es digno, nada por lo que pueda ser alabado y nada que pueda hacer por sí mismo para ser salvo y verás que pocos se interesan. Por doquier vemos que hoy, más y más, se predica y se enseña un evangelio motivacional, centrado en el hombre y sus posibilidades, y no en Cristo y su suficiencia. Estar dispuesto a matar todo lo que eres —tus esperanzas, tus sueños y tus ambiciones— por causa de la perla de gran precio, por causa de Cristo, no es fácil. Es difícil encontrar que se predique esta verdad y es aún más difícil, una vez que la has escuchado, someterte a ella porque el hombre se adora a sí mismo. Él es su propio Dios. Necesitamos decirles a las personas que no vengan a Cristo para sentirse bien acerca de ellos mismo, para sentirse realizadas. Jesús no es mi sirviente. El Señor quiere que esté dispuesto a decir: «Yo abandonaré todo lo que creo que necesito por la causa de Cristo». Si vienes a Cristo tienes que tomar en cuenta el costo. Tienes que hacerlo así antes de pretender venir a Cristo. ¿Entiendes que hay un precio que pagar? Sabes que el precio es aborrecer a tu padre y a tu madre si es necesario, aborrecer tu propia vida y cargar tu cruz cada día. Ese es el precio. No hay nada en el mundo que valores lo bastante como para perder a Cristo. Jesús afirma en Lucas 14.33: «Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo». Tienes que estar dispuesto a abandonarlo todo. No vas a ser salvo por deshacerte de tus lastres terrenales, pero tienes que estar dispuesto a dejarlo todo. Esa es la medida de tu devoción a la causa de Cristo. Tendrás que negarte a ti mismo todos tus deseos mundanos, tendrás que negarte a tu derecho a la vida y entregarás tu vida si es necesario por la causa de Jesucristo. También te someterás a su voluntad, siguiéndole dondequiera te pida el Señor. Fuente: Evangelio Viviente
martes, 6 de agosto de 2013
lunes, 5 de agosto de 2013
viernes, 12 de julio de 2013
jueves, 16 de mayo de 2013
lunes, 6 de mayo de 2013
sábado, 4 de mayo de 2013
miércoles, 17 de abril de 2013
martes, 16 de abril de 2013
lunes, 15 de abril de 2013
martes, 9 de abril de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)